Cómo crear una secuencia de correos para vender un infoproducto desde cero

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Crear una secuencia de correos efectiva es esencial para quienes desean lanzar y vender un infoproducto. Una cadena bien estructurada puede fomentar el interés, educar a tu audiencia, generar confianza y, finalmente, impulsar las conversiones. En este artículo, desglosaremos cómo construir una secuencia completa desde cero, utilizando principios expertos y tácticas prácticas que funcionan en 2025.

Comprender el papel de una secuencia de correos

Antes de escribir una sola línea o configurar herramientas de automatización, es fundamental entender qué es una secuencia de correos y por qué es tan valiosa. Se trata de una serie de mensajes programados que se envían a un público específico con el objetivo de guiarlos desde el descubrimiento hasta la compra.

Este enfoque funciona mejor cuando aborda los puntos de dolor, entrega contenido útil y, de forma sutil, anima al lector a tomar una decisión de compra. Especialmente en 2025, cuando las bandejas de entrada están saturadas, ofrecer valor constante y relevante es clave para destacar.

Una secuencia bien pensada no acelera la venta. En su lugar, cultiva la relación y ayuda a que el lector descubra por sí mismo el valor del producto.

Tipos de correos necesarios en tu secuencia

Una secuencia eficaz incluye varios tipos de mensajes. El primero es el correo de bienvenida, que establece el tono y presenta tu marca o experiencia. Debe ofrecer valor desde el inicio, como un recurso gratuito o consejo útil.

Luego siguen 2–3 correos educativos. Su objetivo es generar confianza y demostrar que comprendes los retos de tu audiencia y cómo tu producto puede resolverlos.

Finalmente, los correos de venta deben incluir urgencia y claridad. Usa bonificaciones, fechas límite o ejemplos reales para incentivar la acción, pero espaciándolos adecuadamente y sin sonar agresivo.

Cómo construir la secuencia paso a paso

Empieza trazando el recorrido del cliente. Piensa en qué siente la persona al suscribirse: curiosidad y dudas. Tu tarea es guiarle paso a paso hacia la certeza. Identifica 5–7 etapas clave que lo lleven del interés a la acción.

Escribe cada correo con un solo objetivo. No sobrecargues el contenido. Cada mensaje debe abordar un microproblema. Por ejemplo, un asunto como «Por qué la mayoría fracasa al crear ingresos pasivos» debe centrarse en una idea concreta que conecte con tu producto.

Incluye testimonios, estadísticas o historias personales para fortalecer tu mensaje. Cada párrafo debe informar, motivar o acercar a la decisión de compra. Añade llamadas a la acción suaves al principio y termina con un empuje fuerte en el último mensaje.

Estructura recomendada de la secuencia

1. Correo de bienvenida – Presentación, recurso gratuito, qué esperar.

2. Conciencia del problema – Identificación de un reto común.

3. Educativo #1 – Consejo o estrategia útil.

4. Educativo #2 – Caso práctico o ejemplo real.

5. Introducción de la oferta – Presentación suave del producto.

6. Correo de venta – Oferta completa con beneficios y detalles.

7. Correo de urgencia – Recordatorio con fecha límite o bonificación.

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Optimizar para engagement y entregabilidad

Escribir buenos correos es solo la mitad del trabajo. Si tus mensajes no se abren o no llegan a la bandeja principal, no lograrán su propósito. Por eso, la entregabilidad, el timing y la participación son tan importantes como el contenido.

Limpia tu lista regularmente. Elimina suscriptores inactivos y usa doble confirmación para evitar trampas de spam. Evita palabras y signos de puntuación que puedan activar filtros.

Experimenta con horarios de envío. En 2025, los mejores resultados suelen obtenerse enviando entre las 9:00 y 11:00 de la mañana en días laborables, especialmente en nichos educativos.

Consejos de redacción para mejores resultados

Usa un tono claro y directo. Tu lector debe sentir que le hablas directamente. Emplea párrafos breves, frases sencillas y evita tecnicismos innecesarios.

Incluye una llamada a la acción en cada mensaje, aunque sea sutil. Puede ser un enlace, una invitación a responder o una pregunta reflexiva. Esto mantiene la interacción y mejora la entregabilidad.

Por último, prueba los asuntos y los textos previos. Son la puerta de entrada al contenido. Un cambio pequeño —como una pregunta o un elemento de curiosidad— puede duplicar tus aperturas.